Perrita guía acompaña durante parto a su dueña con discapacidad visual
El vínculo que existe entre una mascota con su dueño es muy parecido al de una madre con su hijo. La hormona del amor (oxitocina) es la que crea una conexión tan fuerte entre el animal y su mejor amigo como la que se crea entre padres e hijos; este es el caso de Eva, una perrita guía y su dueña, Jessica.
Esta sustancia química no solo genera vínculos afectivos entre seres humanos, sino también entre otras especies, específicamente con perros.
Eva es una perrita guía de raza labrador que tiene seis años de edad y su dueña, llamada Jessica, es una mujer que nació con discapacidad visual y hace algunos días se convirtió en madre.
Ver esta publicación en Instagram
Desde el principio de su embarazo y en todo el proceso, Jessica junto con su esposo Luciano, involucraron a Eva.
“Eva comenzó a lamer y oler mi vientre. Fue una construcción muy bonita, desde mi primera cita con el médico. De hecho, la obstetra fue quien sugirió la presencia del perro en el parto, algo que yo quería mucho”, comentó Jessica.
Los perros guía son adiestrados en centros especializados y están entrenados para reconocer y evitar obstáculos, tanto estáticos como en movimiento, a nivel del suelo o en altura.
La imagen de un perro guía está muy unida a la raza labrador, como lo es Eva. Esta raza es mayormente utilizada por su carácter sociable y su versatilidad.
Este tipo de perros están sujetos a requisitos de salud e higiene más estrictos que los perros de compañía, debido a que entran con su usuario a todo tipo de espacios y establecimientos públicos o de uso público.
Es por eso que, a pesar de que los hospitales deben estar exentos de animales para garantizar mayor higiene, permitieron la entrada de Eva a la sala de parto, ya que es un soporte muy importante para Jessica.
Meses antes pidieron a Mariana, obstetra encargada del parto, que el día en que naciera Ayla, tuvieran cerca a la perrita guía Eva.
“Eva estuvo muy tranquila y atenta con la tutora durante todo el parto. Mientras Jessica sentía las contracciones debajo de la ducha, el perro se quedó en la puerta del baño observándola” comentó Mariana.
Además, Mariana expresó que Eva estuvo muy pendiente desde que a su dueña se le rompió la fuente, hasta la llegada de la bebé Ayla.
“Envolvimos a Ayla alrededor del cuerpo de la madre y los llevamos a presentarle el bebé a Eva, que estaba esperando en la puerta del Centro Obstétrico. Inmediatamente, la perra comenzó a oler a la bebé y a lamer sus piececitos. Fue muy hermoso seguir la conexión del perro con Jessica, comprendiendo la llegada del bebé. La sensación era que Eva había sentido que se estaba convirtiendo en la hermana mayor. Todos lloramos.”
Indudablemente, un perro da estabilidad y seguridad. Además, cuando estás en compañía de tu amigo fiel aumenta la oxitocina.
Finalmente, Jessica, Ayla y Eva, luego de dar a luz, continuaron en el hospital hasta que fueron dadas de alta.
