La michelada es considerada el cóctel de origen mexicano más popular, pero ¿alguna vez te has preguntado cómo es que surgió?

Las micheladas son un excelente remedio para la cruda, por lo que es común tomarlas por la mañana o a mediodía después de salir de fiesta. Algunas variaciones que han surgido son la michelada cubana, la gomichela, la chamochela o la camaronchela, sin embargo, la preparación más común es con cerveza lager tipo americana o cervezas de estilo Pilsner, jugo de limón, sal y una mezcla de salsas picantes.

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No hay un registro claro de la primera michelada de la historia, sin embargo, la que tiene mayor aceptación cuenta que en la década de los 70s en el Club Deportivo Potosino, ubicado en San Luis Potosí.

El relato dice que fue el tenista Michel Ésper a un bar luego de terminar un partido, su bebida acostumbrada era la cerveza con limón, sal, hielo y un popote en una copa que tenía por nombre chabela. La combinación era totalmente inusual para los visitantes y asistentes frecuentes del lugar, sin embargo, fue tanta la atención que llamó la bebida que más de uno se animó a probarla. Rápidamente cobró una popularidad inmensa y fue bautizada como Michelada, una combinación entre el nombre del tenista y el nombre de la copa.

Como es parte del mexicano, se le empezó a añadir ingredientes y salsas a la bebida, llegando a ser lo que hoy en día concebimos como michelada, sin embargo, esta evolución llegó mucho después; dicen los rumores que en la década de los 70s, nadie fuera de San Luis Potosí conocía la exquisita bebida.

Una variante de este relato dice que los socios del lugar y demás presentes se habrían acercado al barman a pedirle una cerveza como la de “Michel”, extendiendo así su popularidad.

Otra versión del origen de la michelada es que en los años 50, en México y en Europa se tomaba la cerveza a temperatura ambiente, sin embargo, en Estados Unidos (porque, obviamente semejante invento increíble tenía que salir del vecino del norte) empezaron a consumir la cerveza con hielo o refrigeradas, teniendo por nombre “chilled beers”, y que finalmente llegó a México para ser aderezada con el sabor de nuestra tierra. La parte de chilled fue transformada a “chelada”.

También existe la versión aburrida de la historia que no le atribuye el origen de la bebida a nadie, pues indica que la bebida es una deformación del lenguaje, intentando hacer referencia a “mi chela helada”.

A pesar de que no hay certeza respecto al origen de la michelada, no queda duda de que su popularidad y aceptación se deben a su sabor que combina distintos elementos destacados de la gastronomía mexicana, y que a más de uno le han salvado la existencia en las peores crudas.